Explorando las particularidades de los barrios menos privilegiados

 




Sumergidos en un círculo vicioso de desinformación y prejuicios, muchos quedan atrapados en la monotonía del día a día. Sin pensar en progresar, se conforman con lo que les rodea, ya que nadie en su entorno lo hace. No es que no conozcan el trabajo arduo, muchos de ellos se desviven trabajando, pero no lo hacen de manera inteligente ni administran adecuadamente sus gastos.

El estudio se vuelve insignificante, ya que requiere proyectarse a largo plazo, y la falta de visión en los barrios pobres dificulta salir de esa situación.

Aunque creo firmemente que el cambio de estilo de vida proviene de un cambio de mentalidad, lo digo desde una posición privilegiada con acceso a información y recursos. En estos lugares, el acceso a la información es limitado y tienen preocupaciones más urgentes. Sin embargo, esas mismas preocupaciones hacen que, cuando tienen tiempo libre, prefieran dedicarlo al entretenimiento u otras actividades.

Y no hablemos de los políticos que se aprovechan de esta clase social mediante el populismo, perpetuando su estancamiento a largo plazo.

Esta gente necesita educación y recursos para poder subsistir y progresar por sí mismos, cambiando así su forma de pensar. No necesitan que les regalen nada, necesitan las herramientas para construir su propio camino.

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